La vida es un regalo y debemos aprender a disfrutar de ella. 

 

Muchas veces, pensamos que solucionar el conflicto que tenemos es más que suficiente. Pero quizás, este conflicto actual es solo parte de un problema que hemos arrastrado desde hace muchos años.

 

A veces, solucionando el conflicto actual, nos damos cuenta qué, la inseguridad, la tristeza o el sentirse poca cosa, persisten.

​

Mi labor, como interventora, es detectar aquellos detalles, que nos dan información muy valiosa, para descubrir el verdadero motivo de muchas de nuestras acciones.

​

¿Has sentido alguna vez ese vacío interior?

A muchos nos invade en algún momento de nuestra vida.  A veces, el motivo no es por una situación actual, como por ejemplo una separación o el trabajo. A veces, viene por situaciones traumáticas del pasado que en su momento no se supieron gestionar, condicionando nuestras acciones a lo largo de la vida.

​

¿Sientes que este vacío, tristeza o enfado lleva acompañándote desde muy pequeño?

Detectar el motivo es algo mágico, de repente comprendemos porque hemos reaccionado de determinada manera en ciertos momentos o porque no hemos sido capaces de tomar algunas decisiones importantes.

​

Encontrar el verdadero motivo que nos genera ese malestar es liberador.

Por fin, se identifica la causa y eso nos abre multitud de respuestas a muchas preguntas que nos hemos ido haciendo a lo largo de nuestras vidas. Nos permite generar nuevas estrategias dando sentido a muchas cosas que antes no comprendíamos.

​

Conocer el motivo real que nos ha llevado a actuar de determinada manera nos permite rectificar y reajustar muchas decisiones que hemos tomado.

​

Gracias a estas técnicas propias de la intervención estratégica, en una o pocas sesiones nuestro cliente consigue soltar esa mochila que muchos de nosotros hemos llevado durante tantos años, sin saber, que realmente podíamos deshacernos de ella y además con mucho amor y compasión.

​

Cuando hablamos de soltar esa mochila con amor y compasión nos referimos a comprender que, a veces, es necesario pasar por ciertas situaciones para convertirnos en lo que hoy somos.

​

Las experiencias que vamos viviendo a lo largo de nuestra vida nos permiten apreciar lo que realmente buscamos, nos permite acercarnos al verdadero propósito de nuestra vida.

​

Aprender a sentir aceptación por lo vivido, nos permite liberar emociones que nos han bloqueado y hecho daño durante mucho tiempo. Es decir, en ocasiones hemos podido actuar o tomar decisiones desde la rabia, el enfado o el rechazo obteniendo unos resultados o consecuencias que luego nos han hecho sentir tristeza, disgusto o vacío.

​

No aceptar nuestro pasado o incluso sentir que tuvimos un pasado injusto nos lleva a un dolor que no nos permite avanzar.

​

Como interventora mi objetivo es poner todos mis conocimientos y amor para ayudarte a salir de ese dolor transformando tu sentir, para que consigas una vida más plena y con ilusión, para llegar a tus objetivos.

​

Podemos transformar nuestras vidas, podemos crear nuevos hábitos, podemos alcanzar nuestros sueños.

​

La felicidad está al alcance de todos.